Descripción enviada por el equipo del proyecto. Una estructura concéntrica y sin dirección formada por cuatro marcos rígidos, con ocho columnas continuas que liberan las esquinas de cada planta y otras ocho que se escalonan regularmente en los dos niveles elevados. Una secuencia en equilibrio en la que cada piso queda simétricamente protegido por el piso siguiente. El pie de cada columna exterior está levemente descalzadas de las vigas perpendiculares, así los cabezales parecen desdibujar unos triglifos decorativos. Esta construcción es una pieza monolítica que sostiene un entramado totalmente confinado en una planta compacta, configurando un paisaje llano, denso y casi mecánicamente estratificado.
A través de una escalera espiral descentrada se pasa desde el piso más pequeño y sombrío, compartimentado en unos cuadrantes con accesos desde la cruz central, a otro con un mueble diagonal y, en lo alto, a una planta continua y diáfana, a la vez llena de rincones, para una vida informal elevada. Desde arriba, la relación visual con el piso inferior es imperceptible, al punto de suprimir el contacto con el suelo natural. Esta es la lógica velada de un entallamiento invertido (una “éntasis” clásica) que apenas se asoma por encima del follaje de sus alrededores.
Entre los marcos oscurecidos de hormigón armado sólo hay maderas nativas para entrepisos, muebles y los bastidores de grandes paneles de vidrio en paños fijos y correderos. Acaso por su ingravidez artificiosa, aunque los esfuerzos naturales desciendan por el centro, por un grueso núcleo, las experiencias siempre tienden a descolgarse contra la sombra dura de cada perímetro, contra las siluetas recortadas al contraluz del sol, o más bien por la seducción de sus reflejos.